miércoles, 19 de febrero de 2014

FRANCISCO I



Dos periodistas Argentinos -Sergio Rubir y Francesca Ambrogetti- convencieron después de tanto insistir, al Cardenal Argentino Jorge Bergoglio para que le concediera una entrevista. El  resultado lo encontramos en el libro titulado “EL JESUITA: Conversaciones con el Cardenal Jorge Bergoglio”, libro que fue editado en 192 páginas, por la Editorial Española “Ediciones B”.
Esta idea les nació –a los periodistas-, a raíz que en el cónclave del año 2005 donde se eligió al Papa Benedicto VXI, fue el Cardenal mas votado (40) y no solo sorprendió a la  Curia por la cantidad de votos obtenidos, sino que además era latinoamericano.
Cuando fue elegido máximo pontífice el año pasado, la editorial publicó nuevamente el libro pero esta vez con el Titulo “El Papa Francisco: Conversaciones con Jorge Bergoglio”.
En las 200 páginas de la nueva edición y con el mismo prólogo del Rabino Argentino Abraham Skorka, los periodistas hacen un racconto por la vida personal y religiosa del Papa.
El sacerdote nos conversa sobre la emigración a la Argentina de su padre y sus abuelos desde un pueblito al norte de Italia llamado Portacomaro (Piamonte) en el año 1929, de lo sacrificada que fue su infancia y su juventud. Comenta el despertar de su devoción religiosa gracias a las conversaciones con la Hermana Dolores, que lo asistió mientras estaba gravemente enfermo de una pulmonía. También se explaya lo complejo que fue su ingreso al seminario de los Jesuitas a la edad de 21 años y evoca ampliamente el concepto de familia y la unión que debe existir entre ellos. Citando una graciosa anécdota, reconoce antes sus interlocutores, que en el confesionario antes de iniciar el rito, le consulta a los feligreses: ¿juega Ud., con sus hijos?
También trata el tema de su participación en el gobierno Militares de Argentina, argumento que fue muy manoseado cuando recién fue nombrado Papa, cuenta las diligencias que realizó desde tener que sacar del país a un sujeto buscado por los militares con su propia cédula de identidad pues eran muy parecidos; como escondió en su antiguo colegio a tres seminaristas, para concluir narrando las veces que tuvo que entrevistarse con el General Videla y con el Almirante Massera para interceder por las personas secuestradas.
En síntesis es un libro interesante, a veces pareciera que es una conversación entre el lector y Francisco I, ameno y por sobre todo, se conoce la dimensión humana del Papa. 
Recomendable que sea leido.

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